lunes, 26 de octubre de 2015

LA GUERRA DE LOS BRAZOS CAIDOS

Golpes   de Estado   y poder   militar   (1944-1979)

En  1944,  el general  Maximiliano   Hernández   Martínez  dejó  el gobierno.    Con su  salida,  El  Salvador   comenzó   lo  que  parecía  ser  una  nueva  etapa  en  su  vida política:   la  fase  -atravesada     por  continuos   golpes   de  Estado--   de  la  lucha partidaria    por  la  gestión   del  Estado.   Esta  fase   coincidió   con   los  inicios   del protagonismo    económico   de  la burguesía   industrial,   el cual  se frustró   en  forma dramática   con  el fracaso  del proyecto   sustitutivo   de importaciones    plasmado   en el  Mercado   Común   Centroamericano     (MERCOMUN),      mismo   que   se  quebró definitivamente    cuando  estalló  la guerra  entre  El Salvador  y Honduras   en  19692El movimiento popular -actor    fundamental en el triunfo de la huelga de brazos Caídos se aglutinó en torno a la figura del líder populista Arturo Romero y el Partido Unión Democrática (PUD) -del   que Romero era el líder y se preparó para el proceso electoral, convocado por la Junta de Gobierno formada tras la renuncia de Hernández Martínez, mientras que la oligarquía y los grupos socia- les más conservadores se agruparon en torno al Partido Agrario (PA). El Partido Comunista de El Salvador (PCS), principal fuerza política durante el levanta- miento campesino de 1932, no tenía mucho que ofrecer en estas circunstancias dada su debilidad organizativa y la escasa base social con la que contaba'.


Dictadura Militar Cafetalera

Las tres primeras décadas del siglo XX estuvieron marcadas en El Salvador por cambios sociales, políticos y económicos: El café se consolidó como el principal producto de la economía y como soporte de la clase alta y política. Ambas clases establecieron relaciones entre ellas llegándose a fusionar.

La llegada de Hernández Martínez “echó por la borda” el proceso de democratización que había iniciado Arturo Araujo, presidente que fue derrocado por un grupo de militares jóvenes, quienes nombraron a Hernández Martínez como el nuevo presidente.

El 15 de octubre de 1979, un grupo de militares liderados por el coronel Adolfo Majano expulsó al general Carlos Humberto Romero y formó una Junta Revolucionaria de Gobierno tras anunciar la Proclama de la Fuerza Armada. La Junta cayó tres meses después que el coronel Jaime Abdul Gutiérrez y el coronel Guillermo García, Ministro de Defensa, controlarán la transición política.
A partir de la masacre la represión aumentó; las organizaciones democráticas fueron destruidas casi en su totalidad, los partidos políticos fueron declarados ilegales, los canales de expresión clausurados, el movimiento de la población controlada mediante las "Cédulas de Defensa Patriótica Nacional". Además se crearon instancias represivas para "guardar" y vigilar el orden público, sellando así un pacto entre la oligarquía y la estructura militar.
Con la llegada a la presidencia del General Maximiliano Hernández Martínez se inició un período nuevo en la historia de El Salvador: el inicio de una dictadura militar que va a gobernar el país por cincuenta años.

El general Hernández Martínez fue derrocado en 1.944 por un movimiento cívico-militar bautizado "Movimiento del 44". La Junta surgida de dicho movimiento fue, a su vez, derribada por la "Revolución del 48" que llevó a la presidencia al teniente coronel Oscar Osorio. Bajo la inspiración del PRI mejicano, Osorio fundó el Partido Revolucionario de Unificación Democrática (PRUD) y su gobierno se caracterizó por una política de fomento del sector industrial y por la promoción de la integración económica centroamericana. Estableció por primera vez salarios mínimos, y dio inicio a un sistema de seguridad social para los trabajadores industriales.

El gobierno de Osorio finalizó en 1.956, después de que ganara las elecciones el candidato del PRUD, coronel José María Lemus. La campaña electoral se caracterizó por la falta de garantías democráticas, lo que impulsó a la oposición a retirarse de la contienda dejando solo al candidato oficial. Bajo el gobierno de Lemus, se construyeron importantes obras de infraestructura que impulsaron aún más el desarrollo del sector industrial.


DESARROLLO DE LA ECONOMÍA EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX

La economía de El Salvador se hace referencia a todo proceso de producción, intercambio, distribución y consumo de bienes y servicios en la República de El Salvador en América Central. El ente gubernamental encargado de todo aquello a lo que se hace referencia con economía de El Salvador es el Ministerio de Economía.

Según el Fondo Monetario Internacional (FMI) y los libros publicados por la CIA, la economía de El Salvador está ubicada con respecto a Centroamérica en el tercer lugar después de Costa Rica y Guatemala. El país se vio afectado por recesión mundial el 2009 y su PIB sufrió una retracción de 3,5% aquel año, pero la recuperación se inició en 2010, gracias al crecimiento de las exportaciones y a las remesas desde el exterior.
Aunque según cifras recientes del Banco Mundial (1 de julio de 2009), la economía salvadoreña es la cuarta en la región centroamericana desplazada por el rápido crecimiento de la economía de Panamá. El Salvador fue el primer país a ratificar el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana el 2006. El tratado, conocido como DR-CAFTA impulsó las exportaciones de alimentos, azúcar y etanol, y apoyó la inversión en el sector de manufactura de ropas.
El Salvador buscó promover un ambiente favorable al libre comercio y a las inversiones, y además realizó un proceso de privatizaciones que se extendió a las telecomunicaciones, generación de electricidad, bancos y fondos de pensión.

Después de la II Guerra Mundial, El Salvador experimentó un largo periodo de crecimiento económico sostenido, que en los años sesenta se benefició del Mercado Común Centroamericano.

En la década siguiente, la economía salvadoreña sufrió los efectos de la recesión mundial y del descenso de los precios internacionales de las materias primas, con el agravante de las adversas condiciones climáticas. Desde finales de los años setenta y hasta mediados de los ochenta, El Salvador sufrió un continuo retroceso del PIB a consecuencia de la caída de los ingresos por exportación y por comercio intrarregional y la guerra civil.
El conflicto resultó devastador para el país, ya que se vieron seriamente afectadas zonas agrícolas, carreteras e instalaciones energéticas. La guerra también provocó pérdidas equivalentes a la mitad del PIB, junto con una fuga de capitales al exterior y la caída de la inversión extranjera. La firma de los acuerdos de paz a inicios de 1992 supuso un importante impulso a la recuperación económica, que se benefició de la puesta en marcha de un plan nacional de reconstrucción acompañado de reformas económicas, como un programa de privatizaciones y una serie de reformas fiscales.


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